“La piel es reflejo de lo que nutrimos por dentro: calma, constancia y amor propio.”

-Valentina Ramírez Correa 

CEO de Blura 

Blura nació de un proceso de búsqueda y transformación. Durante mucho tiempo sentimos que el cuidado de la piel se había vuelto algo distante, saturado de promesas vacías y fórmulas impersonales. Queríamos volver a lo esencial, a ese momento íntimo frente al espejo en el que una persona se conecta consigo misma sin filtros, sin prisa, sin ruido.

El camino no fue rápido. Empezamos explorando lo que realmente significa cuidar: entender la piel, escucharla, darle espacio para respirar. Cada paso fue una mezcla entre curiosidad, sensibilidad y propósito. Estudiamos ingredientes, texturas, fragancias y, sobre todo, emociones. Porque entendimos que una piel equilibrada no se logra solo con ciencia, sino también con calma y constancia.

Blura surgió de esa reflexión: de la idea de crear algo que no compita con la naturaleza, sino que fluya con ella. Apostamos por fórmulas ligeras, conscientes y honestas; por envases que transmiten serenidad y diseño; por una identidad que inspira belleza desde la simplicidad.

Nuestro trayecto ha sido una evolución constante. Aprendimos que cada etapa desde el primer prototipo del sérum hasta el empaque final debía tener propósito. Nada en Blura existe por azar: cada detalle fue pensado para generar una experiencia sensorial y emocional que invite a detenerse, respirar y reconectarse.

Hoy, Blura representa ese equilibrio entre ciencia y sensibilidad, entre lo visible y lo que solo se siente. Es el resultado de creer que el cuidado personal no se trata de transformar, sino de volver a la esencia. Porque cuando la piel encuentra su calma, todo lo demás comienza a brillar.